'Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. 'Hechos 16:31 

Sabemos conforme la palabra de Dios, que la salvación es gratuita y esta se obtiene creyendo en el Señor Jesús que él es Hijo de Dios y que vino a esta tierra a morir por cada uno de nuestros pecados y que resucito al tercer día.

Dios en su infinito amor y grande misericordia entrego a su hijo unigénito para que todo aquel que en Él cree no se pierda más tenga vida eterna.

'Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. 'S. Juan 3:16.

'Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Pues la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado. Porque no hay diferencia entre judío y griego, pues el mismo que es Señor de todos, es rico para con todos los que le invocan; porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. 'Romanos 10:9-13 

Cuando nosotros somos movidos al arrepentimiento por medio del Espiritu Santo (Juan 16:8), el nos impulsa a que confecemos con nuestra boca que Jesus es Señor y que vino y resucito de entre los muertos. 

No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. Mantengamos firme, sin fluctuar, la profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió. Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; 'Hebreos 10:23-25 

Cuando nosotros creemos en el Señor y confesamos con nuestra boca que Jesus es Señor y vino, murio y resucito de entre los muertos hemos sido salvos de la condena y ahora tenemos vida eterna por medio de Él.

Sin embargo tambien es necesario que busquemos un lugar donde congregarnos y podamos buscar del Señor debido a que si no somos constantes podemos descuidar esta salvación tan grande que nos fue dada. (Hebreos 2:3)